Sin tiempo, sin plan y sin saber que cárajos estaba haciendo, tuve una de las mejores experiencias y disfruté de uno de los paisajes más maravillosos de Colombia.
Sin saber tampoco, que sería la última gran vista, del único viaje que me permitiría este 2020. Ya los medios de comunicación nos estaban informando la presencia del CORONAVAIRUS, en países del primer mundo y como buenos latinos, ¡vamos tarde! . En Fin, ahí estaba en un país vecino, un país de increíbles contrastes.
La vuelta fue así, estaba en Ibagué, (una ciudad a 5 horas de Bogotá), que también es conocida como la Capital Musical de Colombia. Sin planes pero con dos días libres, comencé a preguntar a locales de la ciudad, por la ruta al Nevado del Tolima y alguien me dice: - “¿Por qué no vas a Murillo?. Desde allí hay senderos a las termales del Nevado del Ruiz”. ¡Claro, El Nevado del Ruiz!. Imposible no conocerlo, sobre todo por ese 13 de noviembre de 1985, que hizo erupción y borró del mapa a la población de Armero.
Pero bueno y ajá!...Qué hacemos?. Alquilar un carro en Colombia, es bastante económico con el cambio de dólares a pesos colombianos. Así que para llegar al pueblo de Murillo, toma unas tres horas en carro. Pero mientras estaba en la arrendadora haciendo todo el papeleo correspendiente, hice la reserva al hostal y tracé la ruta en Google maps.
Si ibagué se encuentra 1,285 m.s.n.m (metros sobre el nivel del mar), bueno pues Murillo, se encuentra más arriba, a 2,950 m.s.n.m. La carretera es suficientemente escénica para tripear con una buena música, pero ¡ojo! no lo suficiente para perder de vista el camino, ya que cuenta con muchas curvas.
Para golpeada la tarde, llego al pueblo de Murillo y a un par de calles más ya estoy en el hostal. Descargo la maleta y la dejo en su habitación. Salgo y le pregunto al encargado, cómo llegar al Nevado o qué sería lo más cerca. Él se voltea y me pregunta por el carro 🤔, al verlo me dice que no podría llegar con eso (era un humilde sedán 😁, pero yo manejo uno y estoy seguro hasta donde puede llegar 😅 ). O la otra forma, sería complicando las cosas: llegas hasta el punto donde salen los senderos, peeeero que a esta hora (1:00 p.m.) ya no podría llegar. Y así como llegué sin un plan, si o si llegaría hasta donde pudiera. Él me dio sus directrices bien a lo colombiano, (siga esta calle, luego derecha, luego izquierda y siga la carretera); el encargado del hostal, me despide con una frase que luego escucharía varias veces más: “vaya y no de papaya”, algo como de que tenga mucho cuidado o a lo panameño “juega vivo”.
Hostal Casa Paraíso Murillo.
Y así es como realmente inicio mi camino a ver algo, no sabía qué, pero algo.
Después de que sales del pueblo, a pocos kilómetros, ya se termina la carretera de asfalto y viene lo sabroso, sobre piedras y tierra se traza la subida de nuestro destino final. Sin lluvia parece una vía común a cualquier cascada o sendero en Panamá. Vi motos y buses de mediano tamaño, ya que esta vía también se conecta con la ciudad de Manizales. No olvidemos el paisaje de montaña que te incita a seguir descubriendo más sobre esta área.
El sedán haciendo lo suyo y yo dele y que dele, para ver donde llegaría. Después de hora y medio de camino, llego a una casa, que es el punto de encuentro y desde donde empieza la caminata hacía las termales del Nevado, que me habían comentado anteriormente, y así como el encargado me lo aseguró, jajaja, ya paaailas (expresión colombiana, para indicar que nos jodimos). No podía pasar. Pero no fue porque el encargado haya sido un vidente, sino, porque la caminata toma aproximadamente 2 horas para ir y 2 horas para regresar.
Si hacemos cuentas ya eran casi las 3 p.m.. No podía dar papaya, era muy peligroso iniciar esa aventura para conocer un páramo. ¿Leyeron? Un Páramo, eso no se ve en Panamá y no tenía una imagen clara de lo que sería cuando se referían a el páramo. Mi respuesta a ese gran enigma existencial, sería revelado más tarde.
No podía ser el final, yaaa yo estaba allí, listo para conocer algo; así que sin más, me fui a preguntar, si había chance de verlo desde algún lado, as fuera un pedacito del tan anhelado páramo. Y ustedes se imaginarán, los colombianos le tienen a uno respuesta para todo y así fue: “si le da por esa carretera una hora más, podrá empezar a ver paisaje del páramo”… y allá va ese sedan montaña arriba!!.
Los páramos se ubican sobre los 3,000 m.s.n.m. así que con esas instrucciones seguí subiendo, pasando por la ladera del volcán y un pequeño arrollo. Arrollo que en compañía de una erupción causaron un estrago irremediable en el año 1985, mejor conocida como La Tragedia de Armero. Un desastre natural que se llevó más de 23 000 vidas. Esta historia le dio la vuelta al mundo por la fotografía que marcó nuestras vidas, la vida de Omaira Sánchez y la de Frank Fournier, el personaje detrás de la cámara.
Pasada la hora, desde que el sedán iba cuesta arriba, me encuentro en un camino que está en medio de la Cordillera Central de Los Andes colombianos y dentro del Parque Nacional Los Nevados, ahí en medio de esos dos sitios, empezamos a ver ese paisaje tan codiciado del páramo. Este se caracteriza por los Frailejones, una planta que crece a esas alturas y es muy utilizada como remedio casero para ciertas afecciones.
Oficialmente había llegado al páramo, y mejor no pudo ser, creo si lo hubiera planeado, seguro ese día llueve. Sin plan y con muchas ganas de conocer, todo salió increíble. Así que en este punto, me quité el antojo de estar en un sitio así, al menos por esta vez.
Desenvainé mi cámara y click, click, click, sin piedad llenaba la memoria de cámara y mis recuerdos con este panorama.
Continué manejando montaña arriba para seguir explorando y había avanzado tanto, que si había alguna emergencia (o erupción) era mejor seguir hasta el siguiente pueblo en vez de retornar.
Ya el reloj marca las 5 p.m. así que decido, dar marcha atrás para volver al pueblo de Murillo, Si subir fue complicado, ahora debía bajar la misma distancia, pero sin la luz del sol.
Ya de regreso me detengo en un sitio para fotografiar El Nevado y la mejor ubicación era en un alto que era propiedad de la segunda casa y familia más cercana al Nevado del Ruiz, al menos de ese lado del volcán. La familia Casas Calle, quienes muy amablemente me ofrecieron un tinto y a pesar de estar contra el tiempo, es imposible negarse a la oportunidad de vivir la experiencia de conocer a estas personas.
Luego de regresar de noche y finalizar este trip sin planeación, sé que sin duda volveré.
Te dejo algunos datos y recomendaciones:
1. Recomiendo este hostal: Casa Paraíso Murillo.
2. Murillo es un pequeño pueblo en donde todo cierra temprano, puede que no encuentres opciones para comer luego de las 7 p.m.
3. En el hostal puedes pedir que te preparen cena, algo útil si sales a una caminata ya que al llegar tendrás la comida asegurada.
4. Para ir a las termales debes estar en el punto de salida antes de las 12 m.d.
5. Alquilar un carro es una muy buena opción, un sedán llega, pero puede que no sea la mejor idea.
6. Es un buen trip para grupos de amigos.
7. El Nevado del Ruiz ha permanecido activo desde su erupción de 1985, la última vez que hubo movimiento de bajo riesgo fue en el 2016.
8. Si quieres hacerle fotos al Nevado, temprano en la mañana es la mejor hora, luego se cubre de nubes. Desde la entrada al pueblo hay buenas vistas.
9. ¡No des papaya!
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